jueves, 24 de enero de 2008

Los delirios que pudren.

Fue (serán) un viernes
de alcohol
de lujuria
de otras cosas además.

Diez de la mañana.
Otro día.
La cabeza es mía,
como nunca
tengo cráneo
y me duele hasta el pelo.
- Nunca mas.-
Ese parlamento
que aturde y desvanece
sin recuerdos.

La noche-madrugada
anterior y mas...
Las fotografías(MEMORIAS)
son confusas,
rompen la cabeza
por gusto inequívoco.
Real. Si. No. Todo.
- ¡Si tuviera otro cráneo!-
Por favor concededme
ese deseo: hoy,
mañana y todo el año.

- Te sirvo mas.-
Pone el mundo
que me lo fumo hoy,
enrrollalo o
hace una linea o
solo dos hielos o
pone lo que quieras o
lo que no me mata o
me destruye fácil o
topon pa' entro y
mañana lavo toda indecencia!
Creanme y no creanme.

Todos(los ansiosos)
hemos hechado a correr
la sangre a carreras
de destrucción masiva
y cuantas apuestas he perdido.

Yo:
como no beberme el mundo,
esta a unas pocas monedas,
siempre fue así:
todo mi reino por una botella.
Soy el mas impuro,
no soy el soliloquio predicado,
nada por ebrio,
todo por mas droga.
Así se hace:
inaccesibles sustancias
merecen todas las almas posibles.

Ahora solo son unos tragos
para creer que el mundo:
es mio
lo peor: no hay deseo,
me duermo, la fealdad sale,
para amarme y caer
en inmundicias alcohólicas.

Demonio soy para mimarme.

- Mañana dejo de tomar.-


eeeeeeeeee